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viernes, 20 de julio de 2018

SODOMA, GOMORRA, INTOLERANCIA Y PERMISOS DEL PODER

Por Daniel M Forte

¡Bienvenidos a Sodoma!, Welcome to Gomorra! se leía en los carteles situados a la entrada de estas dos ciudades que estaban muy cerquita la una de la otra, allá en el Valle de Sidim.

Tanto sodomenses como gomorrianos eran gente tranquila y hospitalaria que ejercían su sexualidad en forma intensa, desprejuiciada y sin joder a nadie. Pero nunca falta un buey corneta, un viejo vinagre al que le molestaban, vaya uno a saber porqué, que los demás vivieran en pecado según sus convicciones.
El tipo se llamaba Lot y tenía banca, era sobrino nada menos que de Abraham, ese profeta con acceso directo al Gran poronga celestial.
Lot y su familia, vivieron en Sodoma, luego se fueron y al tiempo regresaron, y cuando volvieron, ahí se puso loco al ver que la ciudad era un quilombo; cuando volvía del trabajo, amargado se las agarraba con su mujer....que el hijo de Gutiérrez se sienta sobre el chupete....que el rabino se coge a la mujer de Don Pedro...y cosas por el estilo; luego se ponía a rezar buchoneando todo.
Tanto le infló las gónadas a Dios que este habló con Abraham y le dijo que el sobrino lo tenía podrido, y que iba a mandar dos ángeles para hacer una auditoría. El Señor convocó los ángeles, les dio las instrucciones y les dijo que cualquier problema ...- vayan a esta dirección y pregunten por Lot, díganle que van de parte mía - ; y así fue, pero en esta, Jehová estuvo muy pichi o muy hijo de puta; sabiendo lo fiesteros que eran en Sodoma, mandó a dos ángeles con túnicas muy cortitas, piel blanca, cachetes rosados, ojos claros y cabellera rubia con rulos...¡¡obvio que los iban a querer culiar!!.
Los dos angelitos zafaron de pedo, apenas pudieron llegar a refugiarse en la casa de Lot, perseguidos por una multitud descontrolada. Lot los encaró y les rogó que no les hicieran daño, que a cambio podían tomar a sus dos hijas vírgenes...( la carcajada de la turba se escuchó hasta en Jerusalén ).
Los querubines volvieron al cielo y redactaron el informe..¡lapidario!, entonces Dios lo llamó a Abraham para contarle que iba a destruir las dos ciudades, y que le avisara a Lot que se raje a tiempo. Abraham le pidió que si encontraba cincuenta hombres virtuosos, perdonara a las ciudades...¿cincuenta?..¡no vas a encontrar ni diez!; andá...le respondió el Creador. Y así fue, ni uno encontró el pobre de Abraham.
Volvieron los ángeles a lo de Lot y le dijeron que junte sus petates y con su familia se prepare para tomarse el palo porque la cosa se pudría; el hombre juntó a los suyos y los anotició pero los yernos no le creyeron ( ¿ahora entienden porqué la turba se cagó de risa cuando les dijo que sus hijas eran vírgenes?, la Biblia saca de la galera dos yernos que hasta ahora ni pintaban) y fue así que emprendieron la huida Lot, su mujer y sus dos hijas. Por el camino uno de los ángeles les dijo que bajo ninguna circunstancia miraran para atrás, ¡justo a una mina le vas a decir que no haga algo!, cuando Dios empezó con el fuego y los cascotazos ¿que hizo la mujer de Lot?...miró para atrás y allí se quedó, tiesa blanca y radiante como la novia de Antonio Prieto.
Así fueron destruidas Sodoma y Gomorra y de paso, las ciudades de Adma y Zeboím que sin comerla ni beberla se comieron el garrón, en una situación que muchos siglos después sería definida como “daño colateral”
Lot y sus hijas se refugiaron en una cueva, las jóvenes de las que no se conoce sus nombres como tampoco el de la esposa ( ¿patriarcado machista?...naaa ) creyeron que se había acabado el mundo y     –hacer la torta entre nosotras, no me cabe – le dijo una a la otra, así que a la noche, lo pusieron en pedo al padre y se lo curtieron, ¡linda paradoja!, el tipo que provocó con sus buchonadas la destrucción de dos ciudades pecadoras ahora estaba haciendo lo mismo, y tatita Dios, que todo lo ve y todo lo sabe, como el ñato tenía banca y era del palo, se hizo bien el dolobu.

miércoles, 4 de julio de 2018

HERÓN; EL EDISON DE LA ANTIGÜEDAD

Por Daniel M Forte

 Se llamaba Herón y era de Alejandría (sospecho que por ese motivo se lo conoce como Herón de Alejandría) y vivió más o menos por el siglo I AC.  Algunos lo recuerdan bajo el nombre de Michanikos.

Hizo modestos aportes a las ciencias puras, las teorizaciones lo embolaban, pero el tipo era un práctico y, así nomás se largó a inventar cosas y es evidente que la guita le gustaba más que el dulce de leche, cosa no difícil ya que por aquellos días, ese dulce no existía.
Hizo muchos inventos dedicados directamente a la estafa, lo que no les quita genialidad; estatuas de dioses que lloraban sangre, una estatua de Cibeles que por los pechos le salía leche, la primera máquina expendedora automática de agua y jabón, la jeringa, dispositivos de apertura y cierre automático de puertas, todos ellos instalados en los Templos y que de seguro le forraron el bolsillo, si es que las túnicas tienen bolsillo. También inventó una bomba para apagar incendios y una vasija de vino que se llenaba sola. Como dijimos, el ñato era un genio de la mecánica, todo a base de poleas y palancas y accionados por temperatura.
Su más grande invento, por el que no le dieron pelota, paradójicamente, fue su “Esfera de Herón”, la primer máquina a vapor de la historia. Contento como perro con dos colas se lo mostró a Aristóteles, diciéndole que este artilugio podía reemplazar en el futuro el esfuerzo humano: el gran filósofo lo miró, se rascó la nuca y le contestó que si, que era un aparatito lindo pero, ¿qué carajo hacemos con los esclavos, pelotudo? (y eso que no había leído a Carlitos Marx en eso de que las relaciones de producción tienden a tornarse trabas al desarrollo de las fuerzas productivas). No sabemos como siguió la conversación pero es de suponer que Herón se quedó bien calentito.