FUENTE: http://quhist.com/ruta-ratas-caminos-huida-dirigentes-nazis-tras-perder-segunda-guerra-mundial/
por HYPATIA el 21 de oct de 2010
Es conocido como muchos de los jerarcas nazis huyeron de
Alemania tras el final del III Reich consiguiendo establecerse en diferentes
países con identidades falsas. Estas rutas de huida se conocieron bajo el
nombre de La Ruta de las Ratas.
Uno de los destinos preferidos fue Argentina que se
convirtió en un verdadero santuario nazi. Fue Juan Domingo Perón el que creó
una auténtica Odessa que permitió que asesinos como Mengele, Eichmann o Priebke
se establecieran en Argentina con total impunidad. La ruta que siguieron
comenzaba en la frontera alemana-suiza, continuaba por los puertos de Génova y
Barcelona, hasta culminar en algún punto de la costa argentina.
Perón nunca ocultó sus intenciones y en varias entrevistas
en los 60 y 70 insistió en que Núremberg era una desgracia, una infamia, que no
se podía someter a juicio a un ejército derrotado y que él se propuso rescatar
a los nazis de la justicia aliada.
Pero no fue sólo Argentina, la dictadura franquista ofreció
su apoyo creándose en nuestro país organizaciones como CEDADE. El miedo al
comunismo en los comienzos de la Guerra Fría fue la excusa por la que Estados
Unidos o el propio Vaticano se erigieron en protectores de algunos de estos
asesinos. Los EEUU reclutaron a través de la CIA a fugitivos nazis para espiar
a la Unión Soviética.
El Vaticano dio protección, albergue, falsa identificación,
y una ruta de escape sobretodo hacia Sudamérica, aunque también a algunos otros
países como Australia o EEUU, a jerarcas
nazis viéndolos como elementos útiles en la lucha entre religión y ateísmo que
se vivía en esos momentos. Es muy conocido cómo el cardenal Caggiano viajó al
Vaticano en 1946 y ofreció en nombre del gobierno argentino el país como
refugio de los criminales de guerra escondidos en Roma.
Pero el gran visado para los nazis huidos era Alois Hudal,
obispo en Roma, que nunca ocultó sus simpatías nazis y que se hizo famoso por
establecer las vías de huida para estos. Asesinos como Franz Stangl (comandante
del campo de exterminio de Treblinka, Gustav Wagner (comandante en Sobibor),
Alois Brunner (uno de los oficiales principales más brutales), Adolf Eichmann
(el arquitecto del Holocausto), Walter Rauff (supervisó el programa de vanes móviles conectadas al gas de los
motores diésel para que 100.000 judíos muriesen finalmente asfixiados durante
el camino), Ante Pavelic (el carnicero de los Balcanes) que vivió en el
Vaticano, en Argentina y en la España franquista.
Todos los nazis sabían que debían escapar a Roma y que una
vez allí, debían dar con el obispo Alois Hudal que les daría albergue,
documentos falsos de la Cruz Roja Internacional, y visas así como trabajo en
distintos países fuera de Europa.
Todo esto fue recogido en un genial documental de la
televisión alemana con el nombre “La Ruta de las Ratas”
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