Un económico ( barato) ensayo filosófico
Por Daniel M Forte.
Es una gran verdad que la mentira, amén de tener patas
cortas, goza de muy mala prensa.
A Sarmiento le indigestaba más una mentira que la consabida
ensalada de pepinos, el finado Aristóteles era mas amigo de la verdad que de
Platón y los cristianos, con la verdad no ofenden ni temen.
Hoy decirle mentiroso a alguien, sigue siendo un insulto y
ya sabemos lo que le pasó a aquel pastor de la fábula, sin embargo, si uno
escarba un poco, un poquito nomás en la realidad cotidiana, se sorprenderá al
constatar que la mentira es y fue, el sostén de la sociedad humana; desde aquel
cavernícola que pintó y adornó su cuerpo para aparentar lo que no era, hasta
nuestros días, la mentira convive con nosotros, la nutrimos y nos alimentamos
de por y para ella.
¿Porque mentimos?. La sola enunciación de la pregunta lleva
en si el riesgo de la mentira, porque las causas concurrentes que imagina
nuestra subjetividad podrían no ser ciertas.
Una primera aproximación sería que simplemente no soportamos
la realidad tal como la vemos; por ejemplo, nuestra fenectud. Somos seres
signados por una fecha de vencimiento que desconocemos y ante la absoluta
verdad de la muerte, inventamos vías de escape para evadirla. Un paraíso nos
espera en estado de goce eterno dicen los mitos judeocristianos; otros, que
volveremos reencarnados, tal vez en somorgujo o en un escarabajo diablito, pero volveremos, mientras que en las
antípodas, se afirma con vehemencia que aquellos que lo merezcan, permanecerán
eternos en la memoria de los pueblos. La idea es la misma, quedarse, no
diluirse en el tiempo; en la nada del olvido, y en este ejemplo se percibe que,
nuestra mentira, chiquita, personal, particularmente nuestra, solo es un
reflejo de las otras, las grandes mentiras con las que fuimos formateados.
La cencia no es chacota.

Los modelos de la ciencia son como las hojas del menú en los
restaurantes, que diga “Pollo con papas” no implica que esa hoja sea un pollo
con papas ¿me sigue?, bien, porque acá entramos en la paradoja de establecer
que la ciencia dice la verdad cuando dice que nos miente, pero, para ser
sinceros, hay que reconocer que esas mentiras le han permitido al hombre tener
conciencia de si, una mentirosa conciencia pero conciencia al fin ( algo es
algo) y ha salvado muchas vidas, así como también ha cegado otras tantas.
¡Viva el Dotor!

¿Y el centro? junto al centro-izquierda, izquierda-centro,
centro del medio y todas las combinaciones que se pueda imaginar, también
miente. Miente cuando hablan de “profundos cambios” que para realizarlos,
aunque sea en una décima parte se necesita un coraje que no tienen mientras se
llenan la boca con palabras tales como “participación”, “justicia social”,
“democracia participativa”, etc.
Así es como, por obra y gracia de la política, han aparecido
personajes que son una mentira en si mismo, una contradicción parlante y
caminando, mostrándonos sindicalistas que son empresarios, funcionarios que
llegaron pobres y hoy son millonarios y hasta abanderadas de los humildes
dobladas bajo el peso de sus joyas.
¿Y los zurdos?, bueno, aunque son los mas honestos tienen
una forma elaborada de mentir, muchas veces mediante el eufemismo. La izquierda
habla de las masas con verdadera idolatría y fascinación, aunque en realidad, y
muchas veces sin ser conciente de ello, piensa que las masas son tontitas; esto
jamás lo va a reconocer por aquello de que no se insulta al objeto de
conquista, pero, ¿se dio cuenta que en todos sus análisis, para la izquierda
las masas nunca tienen la culpa de nada?, que la fatiga por la guerra, que la
crisis de dirección, que la demagogia del enemigo, etc.; ¿y entonces?, ¿qué
sujeto no tiene la culpa de nada?, ¡¡acertó!!, el inimputable.
Y las mentiritas siguen porque ¿qué piensa que dice la sinistra cuando afirma que la asamblea
(el Consejo, el Soviet), es una forma superior de democracia?, pues bien, lo
que en realidad está diciendo es que es necesario excluir de un modo
democrático y de la democracia al tachero que escucha Radio 10, o sea, a esa
mayoría numérica, amorfa y neutra que vota lo que le dicen los medios, nadie le
impide a nadie participar en la asamblea, pero el tipo no va a ir a ver como se
arrancan los pelos los militantes de las distintas fracciones mientras los
otros miran la hora y al final votan, porque la democracia es la democracia.
La bendición, tatita
Esta es fácil, digo, porque no hace falta demostrar que la
religión, de conjunto y en particular, miente.
Un reflejo fantástico y deformado de la realidad en la mente
del tipo, tiene que forzosamente ser una gran mentira. Pero la astrología, la
quiromancia, y el espiritismo, solo por dar algunos ejemplos, también mienten,
y sin embargo no son tan nocivos como la religión, ¿por qué?, simple, porque la
religión es una muy eficaz herramienta de dominación.
El Inca y el faraón son dioses, Pirulo I es Rey por voluntad
de Dios, la democracia invoca la protección de Dios, “fuente de toda razón y justicia”, mientras que todo un ejército de
sacerdotes, curas, rabinos, mulhás y ayatholas, en santa y sincronizada
procesión convencen al tipo ( y si no lo
convencen, hay otro ejército con métodos mas persuasivos), de que si acá abajo se porta bien, si obedece, si labura sin
chistar, ¡¡ahhh, en la otra vida!!!, ¡¡joda, joda joda!! .
Parece mentira, y lo es, que en pleno siglo XXI (aunque se
podría decir en pleno siglo XVII, XVIII, XIX o XX) la gran mayoría de la
humanidad siga creyendo en cuentos de hadas, pero es comprensible ya que hay
toda una aceitada maquinaria de idiotización que la chupa como un remolino.
Ni bien nace, si logra sobrevivir, al proyecto de tipo le
empiezan a comer el coco, sin educación, mal alimentado, maltratado desde el
vamos va creciendo y arrastrando su miserable vida; si tiene trabajo le
exprimen hasta el alma, si no lo tiene, es un paria al que nadie respeta y
entonces, aparece el cura, el predicador, el sacerdote o cualquier otro
mercader de la fe y le promete el oro y el moro, claro, después de que spiche, ¿y que quiere que haga?, se
prende como ternero a la teta a esa fantasía y se larga a creer en partos de
vírgenes, ñatos que resucitan previo caminar sobre el agua y en un Dios piadoso
que en el mas allá le garpe todo lo
que se bancó en esta vida de mierda.
Busines son Busines

Si es una gran empresa, la fotito del “Empleado del mes”, le hará sentir que la empresa, esa gran familia,
lo valora y lo premia. Jamás lo van a despedir, a lo sumo lo dejarán “en libertad de acción”; a los buchones
se les valorará su “personalidad agresiva”,
a los muy buchones y obsecuentes, esos
que se ponen “la camiseta de la empresa”, se los ascenderá por su “liderazgo”.
¿Y cuando las cosas no andan bien?, no piense que le van a
decir que para mantener las ganancias hay que bajar los sueldos, ¡de ninguna
manera!, “La empresa necesita del
esfuerzo de todos”, ¿sigo?
Pero resulta que también están los boliches, PYMES, que le
llaman; allí el patrón es visible y tangible. Un sujeto enano en términos
económicos pero que se siente emparentado con Morgan o Rockefeller y contento
de si, dice cosas como “yo le doy trabajo
a x personas”, y se lo cree, y no entiende como esos negros no le besan la
mano por el favor que les hace.
Y ahí anda, de yoguin los domingos a jugar tenis o a navegar
mientras se traga la mentira que alguien como él inventó de que acá “no labura el que no quiere”.
¿Y por casa como andamos?
¿Creyó que se iba a salvar?, ¡no!, usted también es un
mentiroso/a.
Miente cuando un pibito le pide una moneda y le dice “no tengo”, miente a las mujeres cuando
les jura amor y solo quiere fifarlas, y ellas también mienten ( tantos tangos
no pueden estar equivocados), se miente a si mismo planificando empezar sin
falta la dieta el lunes, mienten los padres al hablar de papá Noel y de los
reyes magos, miente hasta el dentista cuando le dice que solo le dolerá un
poquito y calla con silencio cómplice que lo del ratón Pérez es otra de las
tantas mentiras ( que, ¿no lo sabía?).
Usted si puede evade impuestos, mintiéndole al Estado que a
su vez le miente a usted cuando le cobra por alumbrar, barrer y limpiar, miente
en la entrevista de trabajo, mienten la edad las mujeres, miente cuando dice
que “yo contra los negros, o los judíos
no tengo nada”, ¿y cuando le toca vender el auto?, no me diga que al pichón
incauto que se lo quiere comprar le va a decir que le puso carne picada en el
diferencial, ¿se da cuenta?, usted miente porque le mienten y le mienten porque
miente.
Sed Veritas
Ahora imagínese una sociedad en donde no exista la mentira,
que ante la pregunta de “¿cómo me queda el
vestido?”, se escuche un…..”¡mal,
porque estás vieja y gorda!” , ¿qué sería de los abogados, los popes de la
mentira, en esa sociedad?, ¡no!, todo se disgregaría en un santiamén, porque la
mentira tiene el poder de cohesionar y
hasta pacificar a los hombres, porque la
realidad no es otra cosa que una colección de mentiras autosostenidas y la
verdad, si es que existe la verdad, solo la dejaremos para lo trivial. Que, ¿no
me cree?, ¡hace bien!
¡Muy ingenioso, Tano!
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