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lunes, 25 de junio de 2018

LAS BRUJAS DE LA NOCHE. Mujeres soviéticas que hicieron temblar a los Nazis.



FUENTE: https://mundo.sputniknews.com/blogs/201701141066221168-pilotas-sovieticas-guerra-mundial/

Incluso si fuera posible reunir todas las flores del mundo no serían homenaje suficiente a su valor

Aprovechando la oscuridad de la noche, el 588º regimiento de bombardeo, compuesto únicamente por mujeres, inoculaba el miedo entre los nazis. Su valor y astucia hizo que protagonizaran uno de los episodios más heroicos de la II Guerra Mundial.

Esta élite de guerreras fue bautizada con el sobrenombre de "Brujas de la Noche" por los alemanes debido a sus operaciones nocturnas, y por el ruido de sus biplanos que, parecía como el susurrar de una escoba, fue una historia de valor y patriotismo, vamos a contarla:


1. La URSS en peligro

En Junio de 1941, los nazis lanzaron la Operación Barbarroja para conquistar la URSS. La Unión Soviética fue cogida por sorpresa y se encontraba en una situación desesperada. La superioridad técnica y aérea de los nazis era incuestionable. 
Ante tal carencia de medios, Stalin decretó una orden el 8 de Octubre de 1941, para que las mujeres soviéticas fueran a la guerra, más de 1 millón de ellas respondieron a la llamada, como francotiradoras, zapadoras y tanquistas.
Marina Raskova había sido la pionera de la aviación femenina, pulverizando varios record de vuelo sin escalas. Si había mujeres zapadoras, tanquistas etc. ¿por qué no mujeres aviadoras?
Stalin, que tenía buenas relaciones con Marina, accedió a su petición y se crearon 3 regimientos femeninos de combate aéreo: la división 586, la división 587, y la más famosa de todas, el regimiento 588º de Bombardeo Nocturno:"Las Brujas de la Noche" bajo el mando directo de Raskova.
En un principio se reclutaron 115 mujeres voluntarias de entre 17 y 22 años, que viendo el sufrimiento de su patria, decidieron unirse a la lucha. En un tiempo récord (6 meses), recibieron un entrenamiento intensivo en técnicas de combate, pilotaje y supervivencia que normalmente duraba año y medio.
Cuando la Segunda Guerra Mundial llegó a América del Sur
Sus "monturas de guerra" eran los aviones Polikarpov-2, biplanos de los años 20, dedicados a tareas de fumigación y entrenamiento.
Tras pasar el duro entrenamiento, llegaron al frente el 27 de mayo de 1942, y el 12 de junio realizaron el primer vuelo de combate.
Estas valientes mujeres a bordo de estas vetustas aeronaves, iban a sembrar el terror entre los ases de la aviación alemana, la Luftwaffe.

2. Organización

Como hemos dicho, los Po-2 son aviones muy antiguos, que no podían compararse ni en velocidad ni en armamento, con los Messerschmitt-109 o los Focke-Wulf Fw 190. Su estructura era de madera y lona. Ante cualquier impacto ardían instantáneamente.


¿Entonces qué hicieron estas valientes luchadoras para infligir daño a los nazis?

Pues usando, la debilidad de sus aviones a su favor. Aunque eran lentos (150Km/h de velocidad máxima), podían volar a baja altura, donde los cazas enemigos no podían alcanzarles, usando también su maniobrabilidad superior para esconderse en los bosques, donde no podía ser impactadas.

Stalingrado, la contienda que selló el destino del nazismo en Europa
Además sus viejos aviones tenían una ventaja fundamental, no hacían apenas ruido, antes de lanzarse sobre sus objetivos dejaban el motor a ralentí y planeaban suavemente sobre el blanco por la noche, dejando caer artefactos explosivos sobre los desprevenidos alemanes.
Sus objetivos solían ser campamentos, fortificaciones, puentes e incluso las propias ciudades alemanas recibieron su ira.

Estas guerreras hacían casi 10 misiones al día ya que, los Po-2 solían podían llevar dos bombas, y había que estar constantemente yendo y viniendo, con el riesgo que eso conllevaba que, como vamos a ver en el siguiente apartado, era muy elevado.

3. Misiones
En primer lugar, el peligro más grande eran las baterías antiaéreas y ametralladoras enemigas. Aunque eran sigilosas, si el enemigo las detectaba podían darse por muertas, porque su baja velocidad, les impedía escapar a tiempo de la respuesta nazi. Aparte, no poseían paracaídas ni ningún medio de salvamento si eran impactadas.

 Sus misiones eran prácticamente suicidas, teniendo el regimiento casi un 50% de bajas, de los más altos de la guerra, haciendo operaciones que nadie se atrevía a hacer.
  
Luego estaba el hecho de que si caían capturadas su destino era la muerte, en casi, el 90% de los casos. Los nazis no perdonaban estos ataques psicológicos y menos en manos de mujeres, por lo que el fusilamiento era lo más habitual casi siempre en caso de ser atrapadas.


4. Valor heroico
Los ataque realizados, debido a las características de sus aviones, eran de muy baja intensidad pero hacían mucho daño, sobre todo mental. Su sigilo hacía que ningún lugar estuviera a cubierto de sus incursiones, y el hecho de que muchos pilotos fueron abatidos por estas mujeres aviadoras, para la mentalidad de la época era una deshonra, destrozando su orgullo.

Tal era el miedo que despertaban las Brujas de la Noche, que Hitler concedía una cruz de hierro por bruja abatida, y se creó un regimiento alemán de combate nocturno, para contrarrestar las ofensivas de esta división de élite femenina.


5. Un ejemplo para el mundo

Al finalizar la guerra, realizaron más de 20. 000 asaltos lanzando casi 3000 toneladas de bombas. Fue el único regimiento aéreo de su tiempo compuesto exclusivamente por mujeres, y el más condecorado de toda la Fuerza Aérea Soviética. Veintitrés aviadoras recibieron la distinción de Heroína de la Unión Soviética.
Como recompensa por sus esfuerzos, se creó el regimiento 46º de Bombardeo Aéreo de la Guardia Tamana, constituyendo la élite del ejército soviético.







miércoles, 20 de junio de 2018

LA RUTA DE LAS RATAS ( De como la Iglesia ayudó a escapar a criminales nazis)





Es conocido como muchos de los jerarcas nazis huyeron de Alemania tras el final del III Reich consiguiendo establecerse en diferentes países con identidades falsas. Estas rutas de huida se conocieron bajo el nombre de La Ruta de las Ratas.

Uno de los destinos preferidos fue Argentina que se convirtió en un verdadero santuario nazi. Fue Juan Domingo Perón el que creó una auténtica Odessa que permitió que asesinos como Mengele, Eichmann o Priebke se establecieran en Argentina con total impunidad. La ruta que siguieron comenzaba en la frontera alemana-suiza, continuaba por los puertos de Génova y Barcelona, hasta culminar en algún punto de la costa argentina.
Perón nunca ocultó sus intenciones y en varias entrevistas en los 60 y 70 insistió en que Núremberg era una desgracia, una infamia, que no se podía someter a juicio a un ejército derrotado y que él se propuso rescatar a los nazis de la justicia aliada.
Pero no fue sólo Argentina, la dictadura franquista ofreció su apoyo creándose en nuestro país organizaciones como CEDADE. El miedo al comunismo en los comienzos de la Guerra Fría fue la excusa por la que Estados Unidos o el propio Vaticano se erigieron en protectores de algunos de estos asesinos. Los EEUU reclutaron a través de la CIA a fugitivos nazis para espiar a la Unión Soviética.
El Vaticano dio protección, albergue, falsa identificación, y una ruta de escape sobretodo hacia Sudamérica, aunque también a algunos otros países como Australia o  EEUU, a jerarcas nazis viéndolos como elementos útiles en la lucha entre religión y ateísmo que se vivía en esos momentos. Es muy conocido cómo el cardenal Caggiano viajó al Vaticano en 1946 y ofreció en nombre del gobierno argentino el país como refugio de los criminales de guerra escondidos en Roma.
Pero el gran visado para los nazis huidos era Alois Hudal, obispo en Roma, que nunca ocultó sus simpatías nazis y que se hizo famoso por establecer las vías de huida para estos. Asesinos como Franz Stangl (comandante del campo de exterminio de Treblinka, Gustav Wagner (comandante en Sobibor), Alois Brunner (uno de los oficiales principales más brutales), Adolf Eichmann (el arquitecto del Holocausto), Walter Rauff (supervisó el programa de  vanes móviles conectadas al gas de los motores diésel para que 100.000 judíos muriesen finalmente asfixiados durante el camino), Ante Pavelic (el carnicero de los Balcanes) que vivió en el Vaticano, en Argentina y en la España franquista.
Todos los nazis sabían que debían escapar a Roma y que una vez allí, debían dar con el obispo Alois Hudal que les daría albergue, documentos falsos de la Cruz Roja Internacional, y visas así como trabajo en distintos países fuera de Europa.
Todo esto fue recogido en un genial documental de la televisión alemana con el nombre “La Ruta de las Ratas”





lunes, 18 de junio de 2018

EL CONCORDATO ENTRE LA SANTA SEDE Y EL REICH ALEMÁN (1933)


FUENTE: webs.advance.com.ar

           

Traducción del texto oficial

            Su Santidad el Sumo Pontífice Pío XI y el Presidente del Reich alemán[31], concordes en el deseo de consolidar y desarrollar las relaciones amistosas existentes entre la Santa Sede y el Reich alemán, Queriendo regular las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado para todo el territorio del Reich alemán de modo estable y satisfactorio para ambas partes, han resuelto llevar a cabo una solemne Convención, que complete los Concordatos estipulados con algunos estados particulares (Länder) de Alemania[32] y que asegure para los otros un criterio uniforme en el trato de las cuestiones pertinentes.

            Para tal efecto, Su Santidad el Sumo Pontífice Pío XI ha nombrado como su Plenipotenciario a Su Eminencia Reverendísima el Señor Cardenal Eugenio Pacelli, su Secretario de Estado, y el Presidente del Reich alemán ha nombrado como su plenipotenciario al Vicecanciller del Reich alemán, Señor Franz von Papen, los cuales, habiendo intercambiado sus relativos plenos poderes y habiéndolos encontrado en buena y debida forma, han convenido los artículos siguientes:

 Artículo 1 – El Reich alemán garantiza la libertad de profesión y del público ejercicio de la religión católica.

            Reconoce el derecho de la Iglesia católica, en el ámbito de las leyes generales vigentes, de regular y de administrar libremente los propios asuntos, y de emanar, en el campo de su competencia, leyes y ordenanzas que obliguen a sus miembros.

 

Artículo 2 – Los Concordatos estipulados con Baviera (1924)[33], Prusia (1929)[34] y Baden (1932)[35] permanecen en vigor, y los derechos y libertades de la Iglesia católica, reconocidos en ellos, permanecen invariados dentro de los territorios de los estados respectivos. Para los estados restantes se aplican integralmente las disposiciones acordadas en el presente Concordato. Estas son obligatorias también para los tres estados mencionados más arriba, en cuanto tengan relación con asuntos que no fueron regulados en los Concordatos particulares citados más arriba o completen el ordenamiento ya establecido en ellos.

            En el futuro, la conclusión  de concordatos con los estados particulares se realizará solamente de acuerdo con el Gobierno del Reich.



Artículo 3 – Para cultivar las buenas relaciones entre la Santa Sede y el Reich alemán, residirán, como hasta ahora, un Nuncio Apostólico en la capital del Reich alemán y un Embajador del Reich alemán ante la Santa Sede.



Artículo 4 – La Santa Sede goza de plena libertad para comunicarse y mantener correspondencia  con los obispos, con el clero y con cuantos pertenecen a la Iglesia católica en Alemania. Lo mismo vale para los obispos y para las otras autoridades diocesanas respecto a su comunicación con los fieles en todo aquello que tenga relación con su ministerio pastoral.

            Las instrucciones, ordenanzas, cartas pastorales, boletines diocesanos oficiales y todos los otros actos relativos al gobierno de los fieles, que son emanados por las autoridades eclesiásticas en el ámbito de su competencia (Art. 1 párrafo 2), pueden ser publicados libremente y puestos en conocimiento de los fieles en las formas utilizadas hasta ahora[36].



Artículo 5 – En el ejercicio de su actividad sacerdotal los eclesiásticos gozan de la protección del Estado del mismo modo como la disponen los empleados del Estado. Este impedirá, a tenor de las leyes generales del Estado, las ofensas contra sus personas o a su calidad de eclesiásticos, asimismo, impedirá que éstos sean molestados en los actos de su ministerio, y se convertirá en garante, donde sea necesario, de la protección de parte de las autoridades civiles[37].



Articulo 6 – Los clérigos y los religiosos están exentos de la obligación de asumir oficios públicos y de tareas que, según la norma del Derecho Canónico, no son compatibles con su estado eclesiástico o religioso. Esto vale de manera particular para el oficio de juez, de jurado, de miembros de comisiones de impuestos o de tribunales de finanzas.



Artículo 7 – Para asumir un empleo u oficio estatal o de entes públicos dependientes del mismo, se requiere para los eclesiásticos el nihil obstat de su Ordinario diocesano, como también del Ordinario del lugar; el nihil obstat es siempre revocable por graves motivos de interés eclesiástico[38].



Artículo 8 – Los ingresos, de los que gozan los eclesiásticos por razón de su oficio, no pueden ser embargados, en la misma medida en que lo son los estipendios y asignaciones de los empleados del Reich o de los estados.



Artículo 9 – Los eclesiásticos no pueden ser intimados por los magistrados o por otras autoridades a dar informaciones sobre cosas o materias, que les han sido confiadas  en el ejercicio de la cura de almas, y que por ello caen bajo el secreto propio de su oficio espiritual[39].



Artículo 10 – El uso del hábito eclesiástico o religioso por parte de seglares o de eclesiásticos o religiosos a los cuales les haya sido prohibido por la autoridad eclesiástica competente con una medida definitiva y ejecutiva, comunicado oficialmente a la autoridad del Estado, es punible con las mismas penas con las cuales es punible el uso abusivo del uniforme militar[40].



Artículo 11 – Se conserva la actual organización y circunscripción diocesana de la Iglesia católica en Alemania. La erección de una nueva diócesis o provincia eclesiástica u otros cambios de las circunscripciones diocesanas, que eventualmente pareciesen necesarias en el futuro, queda reservada, tratándose de una nueva distribución dentro de los confines de un estado particular, a acuerdos con el competente gobierno del estado respectivo. Para nuevas erecciones o cambios, que sobrepasen los confines de un estado particular de Alemania, tendrá lugar un acuerdo con el gobierno del Reich, al cual se confiará el cuidado de asegurarse el consenso de los gobiernos de los estados interesados. Lo mismo vale para la nueva erección o los cambios de provincias eclesiásticas, en el caso de que estén interesados en ellos varios estados particulares de Alemania. Estas normas no se aplican en el caso de cambios de confines eclesiásticos, que se hacen únicamente a beneficio de la cura de almas local.

            En el caso de eventuales cambios en la estructura  territorial interna del Reich alemán, el Gobierno del Reich se pondrá en comunicación con la Santa Sede para proceder a una nueva disposición territorial de la organización y circunscripción diocesana.



Artículo 12 – Salvo las disposiciones del artículo 11, los cargos eclesiásticos pueden erigirse y cambiarse libremente, siempre y cuando no se requieran contribuciones de los fondos del estado. La participación del Estado  en la erección y en la mutación de parroquias o de comunidades eclesiásticas semejantes, tendrá lugar según directivas que se fijarán de acuerdo con los obispos diocesanos; el Gobierno del Reich se empeñará ante los gobiernos  de los estados particulares para que se alcance la mayor uniformidad posible de tales directivas.



Artículo 13 – Las parroquias y otras comunidades eclesiales católicas semejantes, las asociaciones parroquiales y diocesanas, las sedes episcopales, las diócesis y los cabildos, las órdenes y congregaciones religiosas, así como también los institutos, las fundaciones y los bienes patrimoniales de la Iglesia católica, administrados por órganos eclesiásticos, conservan o adquieren personería jurídica en el foro civil según las normas comunes del derecho estatal. Continúan siendo entes de derecho público aquellos que lo son: a los otros pueden serles concedidos iguales derechos, a norma de las leyes generales vigentes.



Artículo 14 – La Iglesia católica tiene en principio el derecho de conferir libremente los oficios y beneficios eclesiásticos, sin intervención del Estado o de los Municipios, a excepción de los casos previstos por los acuerdos establecidos en los concordados a los que se refiere el artículo 2[41]. Para aquello que respecta a la provisión de las sedes episcopales de las dos diócesis sufragáneas de Rottemburgo  y de Maguncia, como también de la diócesis de Meissen, se aplica a ellas, correspondientemente, la norma fijada para la sede de Friburgo[42], Metropolitana de la Provincia eclesiástica del Alto Rin. Lo mismo vale, en las dos diócesis sufragáneas predichas, en lo tocante a la provisión de las canonjías del Cabildo episcopal y para la regulación del derecho de patronato.

            Además se está de acuerdo sobre los siguientes puntos:

1)      Los sacerdotes católicos, que desempeñan en Alemania un cargo eclesiástico o que ejercitan una actividad en la cura de almas o en la enseñanza, deben: a) ser ciudadanos alemanes; b) haber obtenido un certificado de capacitación que habilite para el estudio en una escuela superior alemana; c) haber cumplido estudios filosófico-teológicos en una alta escuela estatal alemana, o en un instituto académico eclesiástico alemán o en una alta escuela pontificia  en Roma al menos por un trienio.

2)      Antes de expedir las bulas de nombramiento para los arzobispos, obispos, para un coadjutor cum iure succesionis o para un Prelado nullius, se comunicará al lugarteniente del Reich en el estado competente el nombre de la persona escogida para constatar que no existen contra ella objeciones de carácter político general.

Mediante acuerdo entre las autoridades eclesiásticas y de gobierno se podrá prescindir de los requisitos enumerados en el número 1) párrafo 2, letras a), b), c).



Artículo 15 – Las órdenes y las congregaciones religiosas no están sujetas, por parte del Estado, a una especial restricción respecto  a sus fundaciones, a sus residencias, al número y –salvo el Art. 15 párrafo 2– a la cualidad de sus miembros, a sus actividades  en la cura de almas, la enseñanza, la asistencia a enfermos y en las obras de caridad, la regulación de sus asuntos y en la administración de sus bienes.

            Los superiores religiosos que tienen su residencia en el Reich alemán, deben tener ciudadanía alemana. Los superiores provinciales y generales, residentes fuera del territorio del Reich alemán, tienen, aunque sean de otra nacionalidad, el derecho de visitar sus casas situadas en Alemania.

            La Santa Sede cuidará que para las casas religiosas existentes en el territorio del Reich la organización provincial se regule de modo que estas no estén, dentro de lo posible, sujetas a superiores provinciales extranjeros. Pueden admitirse excepciones, de acuerdo con el Gobierno del Reich, especialmente en aquellos casos, en los cuales por el exiguo número de las casas no sea aconsejable la constitución de una provincia alemana o en las cuales existan particulares razones para conservar una organización provincial históricamente fundada y que se demuestra buena en la práctica.



Artículo 16 – Los obispos, antes de tomar posesión de sus diócesis, prestarán en manos del lugarteniente del Reich (Reichsstatthalter) en el estado competente o bien en manos del Presidente del Reich un juramento de fidelidad según la siguiente fórmula: “Delante de Dios y sobre los Santos Evangelios, juro y prometo, como corresponde a un obispo, fidelidad al Reich alemán y al Estado... Juro y prometo respetar y hacer respetar por mi clero el Gobierno establecido según las leyes constitucionales del Estado. Preocupándome, como es mi deber, del bien y del interés del Estado alemán, en el ejercicio del sagrado ministerio que se me ha confiado, trataré de impedir todo daño que pueda amenazarlo”[43].



Artículo 17 – A tenor  de las leyes generales del estado, se garantizarán la propiedad y los demás derechos sobre lo propios bienes, de los entes de derecho público, de los institutos, de las fundaciones y de las asociaciones de la Iglesia católica.

            Por ningún motivo podrá tener lugar la demolición de un edificio dedicado al culto, sin previo acuerdo con las competentes autoridades eclesiásticas.



Artículo 18 – En el caso e que se quisiese proceder a la desvinculación de las prestaciones del Estado a la Iglesia católica fundadas sobre ley, convención o particulares títulos jurídicos, se llegará oportunamente a un entendimiento amistoso entre la Santa Sede y el Reich antes de determinar los criterios a establecerse para tal desvinculación.

            Entre los títulos jurídicos particulares debe contarse también la costumbre fundada sobre derecho.

            La desvinculación deber procurar a los poseedores de un derecho a la misma, una congrua compensación por la cesación de las actuales prestaciones del Estado.



Artículo 19 – Se conservan las facultades de teología católica en las universidades del Estado. Sus relaciones con la autoridad eclesiástica se regulan según las disposiciones establecidas en los respectivos concordados y protocolos finales anexos, y a norma de las relativas prescripciones eclesiásticas. El Gobierno del Reich tendrá cuidado  de asegurar para todas las citadas facultades católicas de Alemania una práctica uniforme que corresponda a todas las disposiciones vigentes sobre la materia.



Artículo 20 – Salvo otros acuerdos vigentes, la Iglesia tiene el derecho de erigir, para la formación del clero, escuelas de filosofía y de teología, que dependan exclusivamente de la Autoridad eclesiástica, siempre que no se requieran subsidios del Estado.

            La erección, dirección y gestión de los Seminarios y de los Convictorios eclesiásticos incumben únicamente a las autoridades eclesiásticas, en el ámbito de las leyes generales vigentes.



Artículo 21 – La enseñanza de la religión católica en las escuelas elementales, profesionales, medias y superiores es materia ordinaria de enseñanza y será impartida en conformidad con los principios de la Iglesia católica. En la enseñanza religiosa se cuidará particularmente la formación de la conciencia en los deberes patrios, civiles y sociales, según las máximas de la fe y de la ley moral cristiana, lo que se hará también en el resto de la enseñanza.

            El programa de enseñanza religiosa y la elección de los correspondientes libros de texto serán fijados de acuerdo con la autoridad eclesiástica superior. A las autoridades eclesiásticas superiores se les brindará la oportunidad de examinar, de acuerdo con las autoridades escolares, si los alumnos reciben la instrucción religiosa en conformidad con las doctrinas y las exigencias de la Iglesia.



Artículo 22 – La contratación de docentes de religión católica se llevará a cabo de común acuerdo entre el Obispo y el Gobierno del Estado particular.

            Los docentes que el Obispo, por su doctrina o conducta moral,  haya declarado no idóneos para impartir la instrucción religiosa, no pueden ser asignados a tal enseñanza, mientras perdure tal impedimento.



Artículo 23 – Se garantiza la conservación y la nueva erección de escuelas confesionales católicas. En todos los municipios, en los cuales lo pidan los progenitores, o quienes ocupen su lugar, se erigirán escuelas elementales católicas, siempre que el número de alumnos, tenidas en cuenta las condiciones de la organización escolar local, haga estimar posible un ordenado funcionamiento de la escuela, a tenor de las prescripciones del Estado.



Artículo 24 – En todas las escuelas elementales católicas serán empleados solamente maestros que pertenezcan a la Iglesia católica y que ofrezcan la garantía de corresponder a las exigencias particulares  de la escuela confesional católica.

            En la estructura general de la formación profesional de los docentes deberán existir institutos, que aseguren una formación de docentes católicos correspondiente a las particulares exigencias de la escuela confesional católica.



Artículo 25 – Las Órdenes y Congregaciones religiosas tienen autorización para fundar  y dirigir escuelas privadas, según las normas del derecho común y de las condiciones fijadas por las leyes. Tales escuelas privadas confieren las mismas habilitaciones que las escuelas del Estado, siempre que cumplan las condiciones vigentes para estas últimas en materia de programas de enseñanza.

            Para la admisión a la enseñanza y para el nombramiento de docentes en las escuelas elementales, medias y superiores, valen, para los miembros de las Órdenes y de las Congregaciones religiosas los requisitos generales.



Artículo 26 – Sin perjuicio de una posterior y más amplia regulación de las cuestiones relativas al derecho matrimonial, se está de acuerdo en que el matrimonio religioso pueda ser celebrado antes del acto civil, amén del caso de enfermedad mortal de uno de los esposos que no consienta dilación, también en el caso de grave necesidad moral, cuya existencia debe ser reconocida por la competente autoridad episcopal. En estos casos, el párroco está obligado a informar sin tardanza a la oficina de estado civil.



Artículo 27 – Para los oficiales, funcionarios y militares católicos pertenecientes al ejército del Reich alemán y para sus respectivas familias, se concederá una cura de almas exenta.

            La dirección de la asistencia espiritual del ejército corresponde al Obispo castrense. Su nombramiento eclesiástico será hecho por la Santa Sede, después de haberse puesto en comunicación con el Gobierno del Reich para la designación de una persona idónea, de acuerdo en el mismo.

            El nombramiento eclesiástico de los párrocos castrenses y de los otros eclesiásticos militares es hecho por el Obispo castrense, después de haber escuchado a la competente autoridad del Reich. El Obispo castrense puede nombrar solamente a aquellos eclesiásticos, que hayan obtenido del propio obispo diocesano el permiso para dedicarse a la atención espiritual del ejército, y el relativo certificado de idoneidad.

            Los eclesiásticos que ejercen la cura de almas sobre  el ejército tienen competencias parroquiales sobre las tropas a ellos confiadas y sobre sus respectivas familias.

            Las normas precisas para la organización de la asistencia espiritual católica para el ejército serán emanadas con un Breve Apostólico.

            La regulación de la situación de los capellanes militares, en cuanto funcionarios del Estado, será establecida por el Gobierno del Reich.



Artículo 28 – En los hospitales, institutos penitenciarios y en los otros establecimientos mantenidos por entes públicos, la Iglesia será admitida, dentro del marco del horario general de la casa, a proveer  a las necesidades espirituales de las almas y a desempeñar en ellos las funciones religiosas. Si en tales institutos se estableciera una asistencia espiritual regular y si a tal fin fueran asumidos eclesiásticos, considerados como empleados del Estado o como empleados públicos, esto se hará de acuerdo con la Autoridad eclesiástica superior.
 


Artículo 29 – Los católicos residentes en el Reich alemán y pertenecientes a minorías étnicas no alemanas, tendrán, respecto a la admisión de su lengua materna en el culto, en la enseñanza religiosa y en las asociaciones eclesiásticas, un tratamiento no menos favorable que aquel que corresponde a las condiciones de derecho y de hecho de los ciudadanos de origen y de lengua alemana en el territorio del respectivo Estado extranjero.



Artículo 30 – En los domingos y en las fiestas de precepto, en las iglesias catedrales, como también en las parroquiales, filiales y conventuales del Reich alemán se recitará al final del servicio religioso principal, en conformidad con las prescripciones de la Sagrada Liturgia, una oración por la prosperidad del Reich y del pueblo alemán.



Artículo 31 – Las organizaciones y asociaciones  católicas, que tuvieren finalidades exclusivamente religiosas, culturales o caritativas y que como tales dependieren de la Autoridad eclesiástica, serán protegidas en sus instituciones y en sus actividades.

            Las organizaciones católicas, que, además de los fines religiosos, culturales y caritativos tuvieran también otros fines, por ejemplo sociales o profesionales, sin perjuicio de su eventual inserción en las uniones del Estado, gozarán de la protección de la cual se habla en el artículo 31 párrafo 1, en tanto y en cuanto den garantía de desarrollar sus actividades fuera de todo partido político.

            El catálogo de las organizaciones y asociaciones, que caen bajo las disposiciones de este articulo, se confeccionará de mutuo acuerdo entre el Gobierno del Reich y el episcopado alemán[44].

            En cuanto existan organizaciones juveniles –deportivas o de otro tipo– subvencionadas por el Reich o por los Estados particulares, se tendrá cuidado que a sus miembros se les posibilite el cumplimiento regular de sus deberes religiosos los domingos, y en los otros días festivos y que no se los obligue a hacer cosas no compatibles con sus convicciones y con sus deberes religiosos y morales.



Artículo 32 – A causa de las actuales circunstancias particulares de Alemania, y en consideración de las garantías creadas por las disposiciones del presente Concordato, de una legislación que salvaguarde los derechos y las libertades de la Iglesia católica en el Reich y en sus estados, la Santa Sede emanará disposiciones por las que se excluirá a los eclesiásticos y religiosos de la pertenencia a partidos políticos y su actividad en favor de los mismos.



Artículo 33 – Las materias, relativas a personas o cosas eclesiásticas, de las cuales no se ha tratado en los artículos precedentes, serán reguladas en el campo eclesiástico según el derecho canónico vigente[45].

            Si en el futuro surgiese cualquier divergencia sobre la interpretación o sobre la aplicación de alguna disposición del presente Concordato, la Santa Sede y el Reich alemán procederán a resolverla amistosamente y de común acuerdo.



Artículo 34 – el presente Concordato, cuyo texto alemán e italiano gozan de una misma fe, deberá ser ratificado; y los instrumentos de ratificación deberán ser intercambiados cuanto antes. El mismo entrará en vigor el día del intercambio de dichos instrumentos.

            En fe de lo cual los plenipotenciarios han firmado el presente concordato.

            Hecho en un doble original.

            Ciudad del Vaticano, 20 de julio de 1933.

            Eugenio Cardenal Pacelli (*)

            Franz von Papen


(*) Futuro Papa Pío XII


Protocolo final


            En el momento de proceder a la firma del Concordato hoy concluido entre la Santa Sede y el Reich alemán, los suscritos plenipotenciarios, debidamente autorizados, de mutuo acuerdo han hecho las siguientes declaraciones, las cuales son parte integrante del Concordato mismo.



            Al artículo 3 – El Nuncio Apostólico  ante el Reich alemán es, en conformidad con las notas intercambiadas entre la nunciatura Apostólica de Berlín y el Ministerio de Asuntos Exteriores de fecha 11 y 27 de marzo de 1930, el decano del Cuerpo Diplomático allí acreditado[46].

            Al artículo 13 – Se está de acuerdo en que el derecho de la Iglesia a cobrar impuestos permanece garantizado.

            Al artículo 14 párrafo 2 n. 2 – Se está de acuerdo en que si existen objeciones de naturaleza política general, deberán ser comunicadas en el tiempo más breve posible. Si ninguna declaración del género fuera presentada en el término de veinte días, la Santa Sede tendrá el derecho de considerar que no existen tales objeciones contra el candidato. Hasta la publicación del nombramiento se mantendrá el más estricto secreto sobre la persona en cuestión.

            Este párrafo no conlleva un derecho de veto de parte del Estado.

            Al artículo 17 – Los edificios y los fondos del Estado, destinados a usos de la Iglesia, son destinados a los mismos como hasta ahora, salvo los contratos eventualmente existentes.

            Al artículo 19 oración 2 – En el momento de la estipulación del Concordato, la regla fundamental está constituida especialmente por la Constitución Apostólica “Deus scientiarum Dominus” del 24 de mayo de 1931[47] y por la Instrucción del 7 de julio de 1932.

            Al artículo 20 – Los convictorios sujetos a la dirección de la Iglesia, construidos junto a altas escuelas y gimnasios serán reconocidos, en lo que respecta a los impuestos, como instituciones esenciales de la iglesia en sentido propio y como partes constitutivas de la organización diocesana.

            Al artículo 24 – En caso de que, con la nueva organización de las escuelas de magisterio, institutos privados posean los requisitos requeridos de forma general por el Estado para la formación de maestros o maestras, en la admisión de los mismos se tendrá una conveniente consideración también respecto a los institutos existentes que pertenecen a órdenes o congregaciones religiosas.

            Al artículo 26 – Se verifica una grave necesidad moral, cuando dificultades insuperables, o que no pueden removerse sin excesivas molestias, impiden  la posibilidad de expedir en debido tiempo los documentos necesarios para la celebración del matrimonio.

            Al artículo 27 párrafo 1 – Los oficiales, empleados o soldados católicos y sus familias, no pertenecen a las parroquias locales y no están obligados a las correspondientes contribuciones.

            Párrafo 4 – El Breve apostólico será emanado después de haber oído al Gobierno del Reich.

            Al artículo 28 – En casos urgentes, debe permitirse al eclesiástico el ingreso en cualquier momento.

            Al artículo 29 – Habiéndose mostrado el Gobierno del Reich dispuesto a aceptar tales disposiciones favorables para las minorías étnicas no alemanas, la Santa Sede declara que, confirmando los principios defendidos por la misma de forma constante, respecto al derecho al uso de la lengua materna en la cura de almas, en la instrucción religiosa y en la vida de las organizaciones católicas, con ocasión de la estipulación de futuras convenciones concordatarias con otros estados, procurará que se incluyan en las mismas, una idéntica disposición a fin de tutelar los derechos de las minorías alemanas.

            Al artículo31 párrafo 4 – Los principios fijados en el artículo 31 párrafo 4 valen también para la organización del servicio laboral [Arbeitsdienst].

            Al artículo 32 – Se sobrentiende que simultáneamente serán tomadas por el Gobierno del Reich, respecto a las confesiones no católicas, iguales disposiciones respecto a la actividad política en los partidos.

            El comportamiento, al cual, en cumplimiento del artículo 32, se obligará a los sacerdotes y religiosos, no significa limitación de ningún tipo en su tarea de enseñar y explicar públicamente, como es su deber, las doctrinas y normas de la Iglesia, no sólo dogmáticas, sino también morales.



            Ciudad del Vaticano, 20 de julio de 1933.

            Eugenio Cardenal Pacelli

            Franz von Papen



            Ratificado el Concordato entre la Sede Apostólica y el Reich alemán, el día 10 de septiembre de 1933 en el Palacio Apostólico Vaticano, han sido intercambiados los instrumentos de ratificación. Desde tal fecha, esto es, desde el 10 de septiembre de 1933, en la cual se ha efectuado el cambio de los instrumentos, el Concordato estipulado entre Nuestro Santísimo Señor el Papa Pío XI y el Presidente del Reich alemán, junto con el Protocolo final, ha entrado en vigor y ha adquirido pleno valor a tenor del artículo 34 inciso 1 del mismo Concordato.