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martes, 22 de septiembre de 2015

EL DESTERRADO

EL DESTERRADO
Daniel M Forte

22/09/15

- Pase, por favor tome asiento.

Dijo eso sin levantar la vista de los papeles que tenía en la mano, su rostro expresaba la gravedad que emana de la atención. Pelo muy negro, recogido, blusa blanca sin ornamentos, delgada. El hombre reparó en sus ojos verdes solo cuando ella levantó la vista. Un macizo escritorio los separaba.

- Su solicitud es bastante atípica.

El se acomodó en la silla, algo crujió ; tardó en contestar mientras era taladrado por un par de ojos verdes.

- No se que decir, no recuerdo haber presentado ninguna solicitud.

- Lo hizo hace unas horas.

-¿Lo hice?

La mujer consultó algo en la pantalla de su computadora.

- Lo último que recuerdo es que me fui a dormir y….pero, ¿es posible?, usted es….

- Vea señor, yo soy solo una empleada, no pensará que ella en persona se va a dignar atenderlo, somos una corporación muy bien organizada, nos gusta el orden, aunque a veces, hay personas que lo trastocan todo, eso nos trae muchos dolores de cabeza, papeleos y cálculos, de manera que cuando alguien envía una solicitud, decidimos atenderla para hacerlo todo en forma organizada. En lo personal le diré que este tipo de trámites me fastidian mucho.

- La verdad, le confieso que me la imaginaba algo distinta.

- Lo se, aquí dice que usted es algo fantasioso, pero, ¿nunca se le ocurrió que aquel que la vio, no tuvo tiempo después para pintar un cuadro o para describirla?, ¿sabe cuantas pavadas se han escrito sobre nosotros?. Pero veamos, no me figura ningún problema de salud, sí algo de depresión, pero en estos días ¿quien no la tiene?, ¿a que se debe su solicitud?.

- Es largo de explicar, y no quisiera abusar de su tiempo.

- Acá el tiempo no significa nada, lo escucho.

- No hay mucho que decir, simplemente ya no quiero estar en un mundo en donde no tengo cabida.

- Y de ahí la solicitud.

- ¡Yo no presenté ninguna solicitud!, no se de que me habla.

- Recuerde, antes de acostarse deseó intensamente dormirse y no despertar, usted tiene una fecha asignada, por eso cuando aparecen estos casos, lo tomamos muy en cuenta y evaluamos si darles curso o no. Como ya le mencioné, los suicidas nos descompaginan el sistema.

- ¿Entonces debo explicarles los motivos?

- No exactamente, pero de esa explicación, determinaremos cuan fuerte es su determinación.

- ¿Y eso no está ahí, en su base de datos?

- Vea señor, aquí el tiempo no significa nada, pero el aburrimiento se siente, ¿podría dejar de dar vueltas y contestar lo que le pregunté?.

- Es que no se que mas decir. Mire, yo estaba equivocado, a raíz de una experiencia que tuve con…

- Lo se.

- Bueno, yo decía que pertenecíamos a mundos distintos, pero no era así, el mundo, la realidad, es una sola, y yo no tengo lugar en ella. La estadística me respalda, mas de medio siglo mendigando un poco de afecto, ¿y para que?, una pieza inservible se descarta, no funcionó, no encajó, lo digo como…

- Si ya se que es ingeniero.

- ¿Podría ahorrarse esos comentarios irónicos?, yo no pedí estar acá y mucho menos tengo la culpa de que a usted no le guste su trabajo.

- Bien, me dice que anduvo mendigando afecto. Acá figura que usted tiene muchos amigos, ¿que me dice?

- Es cierto, tengo amigos a los que quiero mucho y me quieren, eso no quita que sean el cuerpo diplomático, los embajadores del mundo real, me quieren mucho, pero sus lealtades están con la realidad; una realidad que solo me ha lastimado. Ellos, con buena intención, siembran la duda, si cometo el error de creerles, solo iré a un nuevo fracaso.

- ¿Y cree que morirse es triunfar?

- En un punto, si. Sería un triunfo sobre el dolor, quitarle en definitiva, el alimento de mi existencia.

- Entiendo, el dolor es un ente impersonal, totalmente ajeno a usted y creado al solo efecto de mortificarlo. No había reparado en que usted es la única persona que sufre en el mundo.

-¿Seguimos con las ironías?

 - Es que tengo un límite para escuchar estupideces.


- No tiene porque hacerlo, autorice mi partida y ya no la molesto mas.

- No es tan fácil, dígame, ¿en serio cree que no tiene perspectivas?

- ¿El futuro?, le voy a decir lo que es el futuro, el futuro es la vejez, la soledad, la decrepitud física y mental. Y eso no es todo, cuando la constante de toda una vida fue la exclusión, la sensación de no pertenencia y de no ser querido, cuando el amor que se tenía para dar a manos llenas se pudrió como una mercancía que nadie quiso comprar, cuando no se supo explicar cosas obvias para uno e incomprensibles para el resto; ya no se puede sentir de otra manera, no hay retorno, no se vuelve a confiar. ¿Entiende ahora mi actitud?.

La mujer giró su posición y en silencio comenzó a escribir algo en la computadora. Hubo un largo silencio roto por el sonido del teclado.

- Y………dígame…….¿como es eso del mas allá?, ¿así lo llaman?

La mujer dejó su trabajo, lo miró con rabia.

- ¿El mas allá?, ¡¡el mas allá es la nada!!. Solo a un egoísta y estúpido egocéntrico como usted se le puede ocurrir que la muerte, ¡¡nada menos que la muerte!! lo iba a consultar, ¡claro!, ¿cómo podía ser de otra manera?, usted es el ombligo del mundo, ¿cree realmente que todo esto es real?, ¡no mi amigo!, toda esta escena es solo producto de su mente enferma y jactanciosa; y le diré, si quiere morirse, ¡muérase!, pero le garantizo que ni siquiera va a tener un funeral, no hizo méritos para eso, y desde luego, al mundo le importará un carajo. Y ahora váyase, tengo cosas mas importantes que hacer como para andar escuchando las pelotudeces de un maníaco depresivo.

Lentamente el hombre se levanto, al llegar a la puerta se detuvo.

- Disculpe, una última pregunta.

- Sea breve.

Meditó un instante.

- No, nada, no tiene importancia. Buenas noches.

domingo, 20 de septiembre de 2015

PRIMAVERA

PRIMAVERA
Daniel M Forte
27/08/10
                                                                                                 

Desde chicos se nos representa a la primavera como una niña volviendo desde algún lugar y rodeada de pájaros y flores; nunca nos contaron quien era esa niña y de donde viene; tal vez para ocultarnos que en realidad, viene del infierno.
La señorita en cuestión es nada menos que la diosa Perséfone o Core, conocida por los romanos como Proserpina y las circunstancias que hicieron que terminara en suerte en aquel tenebroso lugar las narra la mitología griega de la siguiente forma.
Cierto día, la piba se encontraba juntando florcillas en un bosque en donde el trinar de las aves y la perfumada brisa otorgaban un ambiente paradisíaco mas que propicio para el nacimiento del amor.
Acertó a pasar por el lugar Hades, aquel dios que en el reparto de puestos ocurrido cuando Zeus asumió como capo di tutti capi del Olimpo le tocó dirigir el averno y que en el horario del almuerzo salía a tomar un poco el fresco mientras bebía su néctar de soja. Entonces la vio, de espaldas y agachada cortando una magnolia.
Toda la pasión que nació en su corazón pletórico de poesía se sintetizó en la exclamación  - ¡que culo!- y, divinidad pragmática como lo era, arrojó el tetrapack al papelero, la tomó por la cintura y se la llevó p´al rancho. - Quiero que seas mi esposa -  le dijo, poniendo en claro la seriedad de sus intenciones; la muchacha lo miró perpleja, - ¿pero vos no eras……? - ; el dios enfureció y se retiró dejándola sola en la habitación donde la había llevado.
Entre tanto, Deméter, diosa de la agricultura y otras hierbas, valga la humorada, madre de Core preguntaba por su hija, intranquila debido a su ausencia. Acá la mitología nos dice que todos se hacían los dolobus hasta que Helios, dios del sol le contó la verdad.
La diosa sorprendida preguntó .¡pero como!, ¿no era…? Y llena de ira se mandó para el Olimpo y lo encaró a Zeus.

-       Tu hermanito secuestró a mi hija, quiero que me la devuelva ¡ya!

-       ¡No puede ser!, si Hades es…

-       ¡No me importa, quiero que me devuelva a mi hija!

-       Mirá Demi, tomalo con calma, tu hija es apenas una divinidad menor, es un honor para ella que uno de los dioses principales la tome por esposa.

-       Si no me la devuelve tomaré venganza sobre los hombres

-       ¡Y que culpa tienen esos pobres cristos!

-       ¿Pobres que?

-       No importa, los hombres son inocentes

-       Si no me devuelven a mi hija, en la tierra no va a crecer ni la deuda externa.

Dicho esto se fue furiosa, de haber habido puertas en el Olimpo hubiera dado flor de portazo.
Así fue como la tierra empezó a morir, nada crecía sobre ella, los animales morían, la gente también. Dicen que la diosa peregrinó entre los hombres dolorida por la ausencia de Core.
Tantas fueron las plegarias y los sacrificios ofrecidos a Zeus que este, cansado de oír tanta queja, envió a su mensajero, Hermes, con la orden de que Hades devolviera a Perséfone. El dios voló al Olimpo y allí increpó a su hermano y jefe.

-       ¡Tanto quilombo por una mina che!

-       ¡Y que querés, Deméter se enculó!

-       Al final a mi siempre me toman pal churrete, cuando me diste ese laburo de mierda de cuidar los infiernos ¿te dije algo?, ¡no!, ¿vos sabés lo que es estar todo el día escuchando lamentos de difuntos?; a propósito, Caronte te manda saludos. Después lo otro, como soy un dios soltero, no se quien hizo correr la bola de que me siento sobre el chupete, ¡no es justo!

-       Sabes que pasa, si no la devolvés, la tierra se va a marchitar, los hombres morirán y vos vas a tener más laburo; así que devolvela y ¡asunto terminado!

Hades volvió a su morada; en el portal de los infiernos, Cancerbero, el perro guardián moviendo la cola le saltó encima, pero el dios no estaba para juegos.

-       ¡Cámine a cucha mierda!

Fue hasta la habitación en donde había dejado a Core; le dijo que era libre, que se podía ir; y con un brillo maléfico en su mirada le habló con dulzura.

-       Te pido perdón, bella Perséfone, pero ¡que modales los míos!, ¿querés comer algo?

-       La verdad es que si, ¡tengo una lija!

Aquí algunos relatos hablan de una granadas que le dio Hades para que pruebe y otros cuentan que Core, después de clavarse una milanga con tinto de la casa emprendió el regreso.
El encuentro con su madre fue emotivo.

-       ¿Te ha lastimado hija?
 
-       No mami, no me hizo nada

-       ¿Nada……nada?

      -       ¡Nada!


-       ¡Entonces es…….!

-       Será

-       Y supongo que no comiste nada ¿verdad?

-       No,  …..apenas piqué algo

-       ¡Hijaaaa!

La ley de los dioses era muy clara, - quien come en los infiernos se queda en los infiernos - ; y era exactamente lo que en ese momento Hades le estaba diciendo a Zeus.

-       La ley es la ley jefe.

Ante esa situación, Zeus llamó a Deméter y a Hades para proponerles un trato.

-       Perséfone se casa con Hades, pasa seis meses al año con su marido en los infiernos y seis meses con su madre ¿está bien?.

Todos aceptaron, hubo boda, confites, regalos y todo eso. Y así es como, durante los meses que Deméter se queda sola, la tristeza de la diosa hace que nada crezca sobre la tierra; pero cuando Perséfone regresa con su madre, todo florece; y este podría ser un buen final, salvo por el detalle de que nadie reparó que el principal beneficiado con este acuerdo fue Hades; y por varios motivos; ya nadie cuchichea por ahí que el dios se la come y por añadidura, pasa seis meses con la bruja y seis meses queda libre para armar unas partuzas de antología, juntarse a escaviar con amigos y jugar al truco hasta la madrugada. Al volver Core, la esperan pilas de platos sin lavar, restos de pizzas en la heladera y una parva de calzoncillos sucios, pero ¿qué se le va a hacer?, los dioses son así.


martes, 15 de septiembre de 2015

TODOS SOMOS UNOS HIJOS DE PUTA

TODOS SOMOS UNOS HIJOS DE PUTA
Por Daniel M Forte
14/09/15



Discriminación, Bulling, racismo y otras muchas conductas expulsivas, tienen mala prensa y son moralmente sancionadas por la sociedad y  por cualquier individuo que se considere medianamente civilizado; el hombre, bicho gregario si los hay, tiende a juntarse con sus pares y en su hélice genética, el concepto de pertenencia implica por sí misma la categoría de la exclusión; es como esas bacterias que habitan dormidas nuestro organismo; de darse las condiciones, despertarán y manifestarán su presencia.
No voy a hablar de los rechazos inducidos por el sistema, que son muchos y funcionales al proceso de distracción e idiotización global, sino de aquellos que usted y yo llevamos dentro, en el sistema operativo de la especie y que, al chocar con la moralidad adquirida, hace que debamos reprimirlos para no quedar como turros ante nosotros y ante nuestro medio. Pero que quede claro, no es una denuncia a la “maldad intrínseca del hombre”, verdadero pecado original con que la religión intenta convencernos de servirla para ser buenos, será una descripción de un reflejo primitivo adquirido bajo ciertas circunstancias y que solo será suprimido, mucho tiempo después de que hayan cambiado las condiciones sociales que lo han perpetuado en la psiquis.
Supongo que habrá sido en los tiempos de Lucy, en paz descanse, aquella Alústralo Pitecus encontrada en África y que vivió hace más o menos nueve millones de años, cuando nos dimos cuenta que tolerar a alguien distinto en la manada, traía problemas; el enfermo, el mutilado, el tonto, el anciano; eran una carga que la precaria economía de esos días, no podía afrontar; a esto, le sumamos que, para preservar la especie, la hembra protohumana, como casi todas las minas de las demás especies, solo entregaba la cicatriz al que ella consideraba el macho mas apto. Este instinto de selección generaba la sensación de rechazo, un reflejo condicionado por la costumbre de apartarse y apartar al que cayera fuera de la “norma” y va a la par de lo que mas tarde, la evolución de la especie definiera en el concepto de “belleza”. Rechazar al distinto; esa es nuestra herencia genética.
Ubiquémonos en la puerta de un boliche bailable: allí nomás, en la entrada misma, los gorilas de seguridad realizan la primera selección, porque el derecho de admisión es eso, un derecho; el que logra pasar está incluido, pero no totalmente, porque hay una pista para los simples mortales y está el salón VIP; allí solo ingresan los lindos y, según sea la jerarquía del establecimiento, algún famoso de turno. Si preguntáramos, todos, absolutamente todos condenarían la discriminación, pero tanto el negrito que se quedó afuera como el que solo pudo acceder a la pista normal, en su fuero intimo, moriría por ir al VIP, su deseo es que la exclusión los incluya.
Súbase al colectivo, solo quedan dos asientos vacíos, al lado del primero, hay sentada una persona linda, y en el segundo, una persona fea, ¿dónde se sienta?, vea una foto o un video de una persona linda sufriendo, ¿le produce la misma sensación instantánea que si esa persona fuera fea?. Vaya caminando, en una vereda hay bolivianas vendiendo limones, enfrente hay promotoras difundiendo lo que se le ocurra ¿por cual vereda pasa?, dígame con una mano en el corazón, antes de todos los buenos sentimientos que la cultura le enseñó, ¿qué siente en presencia de un discapacitado motriz, de un sordo, de un atáxico, de un tartamudo o de un ciego?.

Lo bueno es bello y lo bello es bueno, sentenciaron los griegos hace tiempo, Lombroso asociaba la fealdad con la perversión y la criminalidad, los “fenómenos” eran exhibidos en los circos, a los leprosos se los apedreaba, a los locos se los enterraba en mazmorras inmundas; todo tiene un denominador común, excluir lo que tememos, porque ese sentimiento de rechazo no es otra cosa que una expresión superficial del terror que le causa al hombre “normal” convertirse en eso y tan arraigado lo tenemos en la mollera, que aún los excluidos lo poseen, porque, aunque usted sea feo y jorobado, de poder elegir entre Angelina Jolie y la gorda Matosas ¿a quien elige?....¿eh?

viernes, 4 de septiembre de 2015

FLOTA. ( Responso por Aylan )

Flota como las algas
y el pescado podrido
las amarras cortadas
las redes inservibles
flota como se flota
singularmente muerto
con sus poquitos años
detenidos e inertes.
Flota como ese niño que fue
todo futuro
clausuradas sus horas
descansa boca abajo
flota, porque no sabe
que se ha muerto y no existe
flota con todo el mar
metido en sus pulmones.
Poco a poco se pudre
monstruosamente hinchado
mordido por los peces
estático, indefenso
ha sido asesinado
por la clase maldita
la misma que te explota
a vos, a mi, a todos
Son cómplices del crimen
los nunca hacen nada
esas buenas personas
que viven tan tranquilas


Daniel M Forte

03/09/15

martes, 1 de septiembre de 2015

MAQUETAS

MAQUETAS

Daniel M Forte

    27/03/06
Publicado en la antología, Viaja Conmigo; Ed Dunken 2014 

De pronto recordó los tiempos en que juntos armaban maquetas de aviones, ¿cuando fue la última vez que habían armado una ?; el ensamblaba  las piezas y ella las pintaba – la pintura nunca fue mi fuerte –  , ella era muy prolija, quedaban magníficas, parecían reales.
La mujer que iba a su lado le acarició la nuca y cruzó las piernas que  emergieron hermosas desde su  minifalda; el giró el volante y tomó por la avenida.
En la vitrina del living aún estaban aquellas maquetas, algunas un poco rotas, como explicitando la inexorabilidad del tiempo; allí estaban, olvidadas hasta ese instante en el que las rescató de entre los recuerdos.
Distraídamente miró a la mujer; no pasaba de los veinticinco y tenía una larga cabellera rubia;   - se parece a ella el día en que la conocí - ; y volvieron las imágenes; un picnic por el día de la primavera, una guitarra  y esa  mina que lo fulminaba con sus ojos, que le sonreía, que le pedía canciones; - ya no tiene esa mirada, ¿cuanto hace que no me mira así?- . Por aquellos días no tenía auto, fueron al Telo caminando, besándose  mil veces a cada paso con esa impunidad que solo se siente en la adolescencia. Una ardilla traviesa le mordió las tripas cuando la tuvo desnuda frente a el,  algo que trascendía la excitación sexual. Y allí la amó, con el cuerpo y el alma aunados  en un éxtasis furioso.
Gruesas gotas empezaron a golpear el parabrisas, la mujer se arrimó apoyando la cabeza en su hombro; el acarició una de sus piernas  - a ella la lluvia la ponía romántica - . Después de hacer el amor en aquellos lejanos días de lluvia comían chocolate y leían poemas  - entonces comprendimos que la lluvia también era hermosa –,  dijo en voz alta mientras encendía el limpiaparabrisas; la mujer le besó el cuello y el recordó de pronto el día en que fueron a vivir juntos, en aquel dos ambientes  en donde la magia fluía a borbotones; lo pintaron juntos, e hicieron el amor entre las escaleras y los baldes de pintura; ella puso unas cortinas horribles y el mintió con convicción diciéndole que quedaban lindas, ¿ cuando fue que dejó de dormir desnuda ?, ¿ que le hizo vestirse con ese camisón de vieja y meterse en la cama fría como un témpano? . La obsesión por establecer esos hitos en su historia le causó gracia, una amarga y profunda gracia , ¡que importan las exactitudes cronológicas  si el dolor es el mismo! , si él ahora está ahí manejando su auto acompañado por una mujer que apenas conoce,  y deseando que a su lado y camino al telo estuviese ella, tal como era, tal como la amaba, tan intacta en el recuerdo, ¿acaso esa mujer ya no existía?,  ¿acaso  la que compartía su cama y cada tanto hacía el amor como un robot  era apenas una sombra de aquella de la que se enamoró? Y entonces contempló la porción de su rostro que le devolvía el espejo retrovisor, el pelo aún abundante pero canoso, los ojos cansados e indiferentes, luego sintió el roce del volante contra ese abdomen empecinado en crecer sin miramientos y allí, contemplando la vida a través del vidrio del parabrisas, se sintió como aquellas maquetas, ajadas, descoloridas.
Como explicitando la inexorabilidad del tiempo.