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sábado, 7 de diciembre de 2019

UN GRAN AMOR, Y NADA MÁS.


El amor en los años de plomo.

En la obra “Sinué, el egipcio”, el protagonista, muy joven, se encuentra con una prostituta de muy alto nivel y le ofrece para estar con ella, un collar que le había obsequiado el Faraón; al mismo tiempo le confiesa que jamás había estado con una mujer.
Aquella prostituta le dice que no era necesario, que lo haría gratis, ¿por qué?...porque hay algo que un hombre le entrega a una mujer solo una vez en la vida, y es su inocencia.
Ella y yo militábamos en la FJC, la “Fede”, en el Sector secundarios de Barracas, la vi por primera vez en el 73 (del siglo pasado)…y me enamoré.
Si hay algo que caracterizó a mi generación, los que en los 70´éramos adolescentes, es la pasión y la entrega total; el que hacía política lo hacía a pleno motor, lo mismo que el que hacía música, poesía, o deporte; nos entregábamos a full con esa “polenta” propia de la juventud.
Ella, con la pasión descripta ocupaba todo mi universo y formamos, con otros chicos y chicas, un grupo de amigos más cercanos que la propia relación militante; conocí a su padre, un obrero metalúrgico simpatizante del PC, a su hermana mayor, activa militante del PRT-ERP y a su madre…su madre; una mujer que rondaba los cuarenta, modista de profesión que compraba la revista “Claudia” y que sus máximos anhelos eran las cotidianeidades de ejercer su oficio viendo crecer a sus dos nenas, queriendo que estudien y que sean felices, pero…”no siempre sale la trenza a gusto del trenzador”, la Historia irrumpió en su vida, le puso un pañuelo blanco en la cabeza y pulverizó todos sus sueños y sus cotidianos anhelos. Hoy, es “Ciudadana Ilustre” de la Pcia de Buenos Aires y la esquina de la casa donde vivía la familia, lleva el nombre de su hija mayor, la que nunca apareció. Pero esa es otra historia.
Todo el mundo sabía de mis sentimientos, ella también lo sabía aunque nunca me había atrevido a decírselo; mientras tanto éramos “amigos”. “Te quiero mucho como amigo” es la frase más cruel desarrollada por la humanidad ya que al enamorado/a lo ubica en una vía paralela, cercana pero inalcanzable. Así llegó el año 75’, el preámbulo de la gran masacre se sintetizaba en tres letras “A”, en ese año, la triple A peronista asesinó a muchos activistas, entre ellos a Graciela Pane, cuñada de una de las chicas del grupo. La secuestraron y estuvimos toda la noche buscándola por hospitales y comisarías, hasta que nos llegó la noticia de que había sido hallada en Ezeiza, muerta por partida doble ya que estaba embarazada. Aún recuerdo como su cuñada, Norma, en la azotea del Comité Provincial del PC me dijo llorando  -mirá ese sol Daniel, ella ya no lo volverá a ver -.
Fue en ese año 75´ cuando la “Fede” me encomendó tareas en una comisión del Comité de Secundarios de Capital, lo que significaba que ya no militaríamos juntos y entonces, vaya uno a saber por qué extraño mecanismo, ella, después de mi última reunión me tomó de un brazo y me dijo  -no quiero que te vayas -, entonces, la acompañé a su casa, allá en Remedios de Escalada. En todo el viaje no me animé a decirle nada.
Cuando llegamos a la casa, la madre, muy preocupada le dice que hace días que no sabe nada de la hermana y allí ella dijo de ir a lo del novio y yo, ¡obvio!, la acompañé. La hermana estaba en lo de su novio, ella la abrazó y después la puteó por irresponsable.
Ella me acompañó a la parada del colectivo que estaba a metros de su casa, allí me animé y ella dijo si, entonces la besé, aunque solo apoyé mis labios en los suyos. Yo, a mis dieciséis años no sabía besar.
Volví caminando, ya de madrugada, hacia la Estación Lanús, iba en el aire, nunca fui tan feliz como en aquella caminata.
La pareja duró un par de meses, habíamos terminado la secundaria y nuevos desafíos se nos presentaban. Nunca más la volví a ver.
El tiempo pasó, otras mujeres aparecieron en mi vida que me amaron y amé con igual o más intensidad, pero de una forma distinta. Porque es cierto el postulado de Sinué, la inocencia, la entrega abierta y total, el hombre la entrega una sola vez en la vida.
Daniel M Forte
01/12/19