Qué respuesta
académica daremos a esos ojos
qué
abstracciones absurdas, qué palabras vacías
qué miserable
ensayo para calmar el alma
ante aquella
pregunta, breve como un disparo
que emerge de
los ojos enormes, despiadados
de esa bolsa
de huesos que mira y nos pregunta
esa bolsita
tenue con sus huesos marcados
en su piel,
pergamino reseca por el hambre
¡Porqué!
Y ese niño
judío entrando al crematorio
en blanco,
negro, gris, o en sepia perpetuado
que desde el
breve tiempo que su vida acontece
interpela ya
inmóvil en la fotografía.
¡Porqué!
Y aquellos que
no miran porque no tienen ojos
desde el horno
infernal que se llamó Hiroshima
pero que igual
preguntan con sus llagas sangrantes
¡Porqué!
Una niña
desnuda corre en la carretera
y sus ojos
rasgados y en pánico preguntan
el napalm y su
obra reina en los estertores
corre, huye,
se agita, no entiende, tiene miedo
¡Porqué!
Y aquel que sin
consuelo llora junto a su madre
que una bomba
sionista la convirtió en difunta
o ese otro,
doblado por el peso criminal del trabajo
con sus
poquitos años y su cuerpo molido
Son todos esos
ojos una sola mirada
una sola
pregunta, breve como un disparo
una atroz,
sanguinaria, implacable pregunta.
¡Porqué!
Daniel M Forte
28/07/2021
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