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miércoles, 23 de febrero de 2022

GORKA USPUDURRU , El vasco olvidado.

Por: Daniel M Forte

23/02/2022 

En la aldea de Araba, un 5 de setiembre de 1902 nace Gorka Obdulio Uspudurru, único hijo de Imanol, un librero que al enviudar tempranamente, se muda a Bilbao.

 Ya desde niño, Gorka muestra su carácter rebelde y apasionado, volcando toda su atención hacia las letras. A sus veinticinco años, convence a su padre para editar su primer poemario “Letanías de Euskadi” y el mismo es un rotundo éxito no solo en el país vasco, sino en toda España, lo que lo lleva a mudarse a Madrid – con lo puesto- , narrará más tarde en su autobiografía.

La capital  vivía tiempos tormentosos en lo político y en lo cultural; Rafael Alberti, quién quedara maravillado por sus letanías, lo introduce en el mundillo literario de Madrid donde se codea con la flor y nata de las letras españolas, hecho que no estuvo exento de contrariedades debido a su carácter áspero y su lenguaje irreverente; es muy recordado el episodio ocurrido en un tablao, cuando visiblemente bebido, pidió silencio y señalando a Federico García Lorca le dijo  – Brindo por ti, el marica que mejor ha entendido el alma del pueblo español, por tus enormes alas y por tu culo roto -.

En 1935, conoce a Buenaventura Durruti y se enamora del anarquismo; sus encendidos poemas aparecen en Solidaridad Obrera, La Protesta y otras muchas publicaciones libertarias.

 Txokos de Euskal Herria

donde reina la pernada

patronal y asesina

el labriego verá el día

con cojones en la sangre

y vengará tanta afrenta

con pendones rojinegros

que anunciarán la alborada.

 Al estallar la guerra civil, no duda en enrolarse en las milicias de la CNT, combatiendo en diversos frentes y alcanzando el grado de Capitán. Fue en la batalla de Guadalajara donde recibe un balazo en la pierna izquierda dejándolo para siempre con una leve renguera. Cuando la victoria falangista era inevitable, no obstante sus limitaciones motrices, cruzó a pie Los Pirineos y tras unos meses en un campo de refugiados, marchó a Paris.

En la ciudad luz conoció a Picasso y descubrió su vocación por la pintura, arte que estudió con la obsesión y el apasionamiento tan propios de él y muy pronto deslumbró al público parisino exponiendo doce cuadros (que están perdidos) en la Galerie Perrotin en donde presentó sus dos estilos característicos, el Cubismo Helicoidal y el Neocubismo Parabólico (1). Después de esta experiencia, solo volvió a pintar un cuadro.

Al acercarse las tropas alemanas a París, junto a algunos compañeros y amigos, huye a Marsella en donde aborda un carguero soviético, desembarcando en Múrmansk dieciséis días después; de allí pasa a Leningrado, ciudad en donde vivirá por breve tiempo hasta mudarse a Moscú, en donde es recibido por la intelligentsia rusa. Es en esta ciudad donde conoce a Ilya Eremburg con quién trabará una amistad que durará por el resto de su vida. Tras pasar dos años en la capital soviética y al ser rechazado como voluntario en el Ejército Rojo por su lesión en la pierna, a instancias de Eremburg, consigue ser contratado como corresponsal del periódico Izvestia (noticias) en China.

En los meses de espera para su viaje aprende el chino mandarín y a mediados del año 43, a bordo de un avión soviético de abastecimiento, llega a la zona de Shaanxi en donde los comunistas dirigidos por Mao Zedong habían establecido la República Soviética de China; sus experiencias las vuelca en el poemario Un vasco en Catay, publicado por partes en Izvestia y luego en forma de libro en Moscú y reeditado en España en 1996.

 Un vasco rengo y encorvado

pisa las piedras de Catay

con oblicuas miradas amarillas

que se cuelgan de su espalda

que lo acechan.

que palmean sus hombros

que le dicen

¡Tóngzhì! (2)

 En la zona controlada por las armas comunistas toma contacto con la situación, entrevistándose en varias oportunidades con Mao y otros dirigentes como Lin-Piao, Po-kú, Chou-en-Lai y Vam-min; este último, gravemente enfermo, lo pone al tanto, confidencialmente, de las divergencias existentes entre el PC chino y el PC ruso.

Uspudurru no solo palpa la realidad entrevistándose con las altas esferas del Partido sino que recorre casi todas las zonas, principalmente los frentes de combate, habla con combatientes, trabajadores políticos, simples campesinos y comandantes. Allí es donde se entera del Chen-Fen, una campaña iniciada poco antes de su llegada para la purificación ideológica del Partido; espantado escribe a su amigo Ilya Eremburg  – Amigo mío, esto es la locura llevada al paroxismo, ayer me enteré que sancionaron a una joven militante por haberse puesto un vestido occidental; la hicieron comparecer ante su célula, reconocer sus “errores” y prometer que iba a quemar ese atuendo – (Memorias de un combatiente vasco, Editorial Aldaba, Madrid 1996, pág. 65). Esta realidad lo sume en una profunda depresión debida a que su participación política estaba condicionada por su calidad de periodista y representante de una publicación soviética; sus convicciones anarquistas se daban de patadas con el férreo monolitismo de los partidos comunistas y en especial con el chino, no obstante, acompañó al 8º Ejército de Ruta y con él entro a Pekín en 1949.

Consolidado el poder revolucionario, obtiene un puesto en el Comisariato Para la Cultura y dicta clases de literatura española en la Universidad Obrera de Pekín hasta los años 60´, que es cuando comienza la autoproclamada Gran Revolución Cultural, una maniobra de Mao para purgar a la vieja guardia opositora.

En un clima político enrarecido, al caer en desgracia Deng Xiaoping, quien lo había llevado al Comisariato para la Cultura, se le pide que abandone China; Uspudurru recurre nuevamente a su amigo Ilya Eremburg quién lo contrata nuevamente como corresponsal de Izvestia en Viet – Nam. Llega a Hanoi en 1968.

En tierras vietnamitas se aboca a su tarea con la misma pasión con la que lo hiciera en China; conoce a Ho Chi Minh y pinta su retrato que en la actualidad se encuentra expuesto en el Palacio de los Sindicatos en Ciudad Ho Chi Minh (ex Saigón),  realiza entrevistas tanto en el Norte como en el Sur y participa en la ofensiva del Tet, donde recibe dos impactos de bala en el vientre, hecho que casi le cuesta la vida.

En 1975, montado en un Tanque, entra con el Ejercito Popular en Saigón; ese mismo año, al enterarse de la muerte del Dictador Francisco Franco, con su salud quebrantada, decide volver  - Nire bihotzean beti taupadak izan ziren lur maitera (3) - .

En 1978 arriba a su pueblo natal donde es recibido como un héroe; el Ayuntamiento le regala una casa y le otorga una pensión y así fue como el 23 de febrero de 1981, al enterarse del intento de golpe de estado encabezado por el Coronel Antonio Tejero, pistola en mano, arenga en la Plaza Central de Araba a las multitudes y logra formar una improvisada milicia que en diversos vehículos, marcha sobre Madrid. Fue durante el trayecto que sufrió un infarto y falleció instantáneamente a sus 88 años.

Su casa, en Araba, hoy es el Museo Casa Gorka Uspudurru.

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 (1): En el número 26 de la revista Atril, dirigida por León Ferrari, el Profesor Luis Calarota analiza profundamente estos dos estilos y la nota es considerada el más completo estudio de los mismos, a tal

punto que Helmüt Pincelskein, en su breve visita a la Argentina, pidió hablar con Calarota, cosa que no ocurrió por hallarse éste internado en una clínica de rehabilitación para superar su adicción a la Heroína.

(2): Camarada.

(3): A la tierra amada que siempre palpitó en mi corazón.

 

BIBLIOGRAFÍA.

Letanías de Euskadi; Gorka Uspudurru, Edición del Autor, Madrid 1927

Solidaridad Obrera, números 23, 25, 34, 46

La Protesta, números 4, 12, 23

Memorias de un combatiente vasco, Gorka Uspudurru, Editorial Aldaba, Madrid 1996.

Cubismo Helicoidal y Neocubismo Parabólico; Luis Calarota, revista Atril Nº 25.

Pergaminos de Guerra; Norberto Glavinoviç (*); manuscrito no publicado.

(*): Voluntario Croata en el Nuevo 4º Ejército Chino; actuó como camillero y mensajero en motocicleta; plasmó sus experiencias en un diario personal; los chinos lo apodaron “Kuàilè he xiào de yèyīng” (Alegre y risueño ruiseñor).










1 comentario:

  1. Gorka Uspudurru, emociona su vida, le faltó solo estar en la Revolución Rusa de 1917 y compartir la mesa con Lenin y Trotzki, atravesó militando 6 décadas, los hay pocos, pero... los hay.

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Pido disculpas por no agradecer sus comentarios, por motivos que desconozco, mi propio blog no me lo permite