(Para vos mamá, que hoy, 5 de septiembre de
2019, cumplirías cien años)
Esta historia es real.
Estando yo en la secundaria, un compañero me
prestó el libro “El Poder Soviético”, del Deán de Canterbury, una obra que
elogiaba al país de los Soviets.
Cuando mi vieja lo vio, me contó que ese era
el primer libro político que había leído,
cuando siendo muy joven trabajaba en la fábrica textil del ruso. Me lo prestó el Ingeniero, me dijo, con una entonación de voz
y una mirada llena de respeto y admiración, porque era “el Ingeniero”, ese
hombre sabio e importante que impone su voluntad a la materia inerte al que los
ojos de la joven obrera lo miraban como quién mira a un Titán inalcanzable.
Y así termina la primera parte de esta
historia.
Estaba yo en una empacadora en la que la
empresa en la que trabajaba (Servopower) había instalado una tolva que
alimentaba las conformadoras que embolsaban cereal. Producía sesenta bolsitas
por minuto y la máquina constaba de una mordaza térmica vertical, una mordaza
térmica horizontal y una cuchilla de corte. La operaba una chica de no más de dieciséis
años.
El problema se presenta cuando queda pegado
en alguna mordaza térmica un pedazo del film con que están hechas las bolsitas,
en el próximo ciclo la bolsa no se cierra y hay que parar la máquina y perder
tiempo poniéndola en cuadro.
Me acompañaba un tipo de mantenimiento,
bastante mayor que yo y con el que me bastó cruzar unas pocas palabras para
sacarle la ficha…-éste en algo estuvo -, pensé aquella vez y los
acontecimientos posteriores me lo confirmaron.
En un momento dado, estando los dos al lado
de la máquina en plena producción, queda pegado un pedazo de film y la chica
que la operaba…lo saca con la mano, - ¡No nena, qué hacés!, le grité, - ¡vas a perder
un dedo, o la mano!, - ¡no hagas eso nunca más!
El tipo de mantenimiento le dijo, - piba,
pensá que el repuesto más barato de la máquina, sos vos-, a lo que yo agregué -
¿entendiste?
La chica me miró y respondió, - Si
Ingeniero-, con la misma entonación de voz y la expresión de su cara con la que
alguna vez mi vieja había nombrado a aquel otro Ingeniero.
Nunca le dije que este profesional que ella
miraba con respeto y admiración, era hijo de una trabajadora como ella, que
éramos hermanos de la extensa patria de los explotados, que en nuestras manos,
la Historia había depositado la responsabilidad de aniquilar al Capital.
Daniel M Forte
05/09/19
Muy bueno tu relato acorde con los tiempos ahora que los "petroleros" presumiblemente organizados e impulsados por la burocracia petrolera ataca a las/los docentes que por luchar estaban cortando ruta en Chubut, trabajador se es si tienes "conciencia de clase" y se respeta entonces a los de "su clase" cuando están luchando !!
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