
El "bebé ario perfecto", elegido a instancias
del Ministerio de Propaganda liderado por Joseph Goebbels, era en realidad una
niña judía.
Hessy Taft (su apellido de soltera era Levinson) le
explicó al tabloide alemán Bild esta ironía histórica. Una foto suya apareció
en 1935 en la portada de Sonne ins Haus (El sol dentro de casa), una revista
nazi sobre temas familiares.
La rubia y rolliza niña encajaba bien en el cliché del
perfecto niño ario. Pero Hessy no sólo no tenía nada de aria, sino que
representaba todo lo que los nazis odiaban.
Sus padres eran judíos y se habían mudado a Berlín desde
Letonia en 1928 para iniciar una carrera en la música clásica.
En realidad, todo fue una broma. "Cuando cumplí seis
meses, mis padres querían tener una foto mía y mi madre me llevó a uno de los
mejores fotógrafos de Berlín", relata Taft en un vídeo de la Fundación
Shoa de la Universidad de California, en EE.UU.
El fotógrafo decidió enviarla a un concurso de belleza
organizado por los nazis para encontrar al bebé ario perfecto. La imagen
elegida sería luego portada de la revista.
Cuando la madre de Taft se enteró de que su hija aparecía
en la primera página de un panfleto nazi, que en el mismo número sacaba a
Adolfo Hitler pasando revista a las tropas, corrió "horrorizada" al
estudio del fotógrafo.
La publicación tenía una gran tirada y la foto de la niña
llegó incluso a los escaparates de ropa de bebés. Una tía de Hessy encontró la
foto de su sobrina en una postal de felicitación de cumpleaños en Memel, ahora
parte de Lituania.
"¿Por qué la enviaste al concurso si sabes que somos
judíos?", le preguntó la madre al fotógrafo.
"Quería permitirme a mí mismo el placer de esta
broma", le contestó él. Pero Taft tardó muchos años en poder apreciar la
gracia.
"Ahora puedo reírme", le dijo al Bild a sus 80
años. "Pero si los nazis lo hubieran sabido entonces, no estaría
viva".
El episodio marcó la vida de la familia. "Mi madre
no quería sacarme al parque. Tenía miedo de que me reconocieran", relató
Taft.

La mujer donó hace poco la portada de la revista que
todavía guardaba al Museo del Holocausto en Jerusalén.
Los nazis nunca supieron la verdad sobre la foto.
Nunca dejas de asombrarme, que ironia , les salió mal la jugada¡
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