Por Daniel Miguel Forte.
Publicado en Prensa Obrera
Nº 886, 2 de septiembre de 2004.
Hace treinta años, en
Buenos Aires, en este lejano puerto,
moría Raúl González Tuñón.
Coincidiendo en lo
conceptual con la nota publicada en PO Nº 865, uno de los poetas más grandes de
América.
Para Tuñón, la literatura
fue una simple extensión de su actitud militante hacia la vida, de su
compromiso incondicional con la lucha y, a su manera, con la revolución.
En el poema “Lluvia”,
habla del amor a una mujer, potenciado por el romanticismo de la lluvia, pero
no olvida que esa misma lluvia inunda los barrios de los trabajadores.
En uno de sus innumerables
viajes, allá por la provincia de Neuquén, encuentra en un circo de animales
famélicos y carpa remendada, a un mago, que se hace llamar Johnny Walker; allí
nace el personaje que a la postre, se adueñaría de su autor, Juancito Caminador.

Si bien permaneció fiel al
Partido Comunista, lo que lo llevó a escribir su lamentable poema Muerte de un traidor, con motivo del
asesinato de Trotsky, tuvo no pocos roces con aquel y su estilo literario
oficial, el Realismo Socialista.
Tuñón se definía como un
Realista romántico, -- el traslado fiel,
pero apasionado, de lo que se ve y se vive --, de sacar el arte a la calle.
Y, coherente con su estilo de vida, defendió esa postura desde la actividad
práctica, por ejemplo, en el grupo Florida.
Raúl González Tuñón, o lo
que es lo mismo, Juancito Caminador,
fue un revolucionario que escribió poemas, un militante dedicado a la
literatura, un Hombre, en toda la extensión de la palabra.
la literatura fue una simple extensión de su actitud militante hacia la vida, de su compromiso incondicional con la lucha y, a su manera, con la revolución. Este es González tuñon pero coincide con la descripcion exacta en detalle de la tarea de Don Forte...vivan los escritores revolucionarios!
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